PUERTO RICO DEL ALMA
Por Héctor José Corredor Cuervo
Tierra alegre que luce sobre el mar
como una flor de grata primavera
donde el viajero encuentra el azahar
para aromar la vida sin espera.
En sus entrañas encontró Colón
el néctar que mitiga la amargura
para seguir cumpliendo la misión
de propagar de España su cultura.
En sus campiñas camina el sosiego
al abrigo de sueños bajo frondas
de una palma sembrada por labriego
que se mueve con ritmo entre las ondas.
En sus calles encuentra el peregrino
la lumbre heredada de los ancestros
que dejaron una huella en el camino
para que aprenda a valorar lo nuestro.
En montañas de cúspides andinas,
donde en tardes fulgura el arrebol,
salen las fuentes de aguas cristalinas
donde calmó la sed el español.
Y en las noches de traslúcido cielo
cuelgan como racimos las estrellas
que le dan lumbre a un hermoso suelo
para soñar tranquilo entre doncellas.
!Oh, paraíso de sol y fantasía¡
donde el anhelo y el amor galopan
yo quiero que jamás sufra agonía
cuando huracanes en sus aguas soplan.
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