viernes, 12 de noviembre de 2010

TIJUANA - MEXICO





Por Héctor José Corredor Cuervo

“Donde comienza la patria”
es lema de la ciudad
con tradición literaria
y nobleza en hermandad.

En las calles y avenidas
lucen bellos monumentos
de los que ofrecieron vidas
en los patrios movimientos.

Por los aires hoy transita
la gran música norteña
la que al forastero incita
a bailar con la porteña.

Cuna de grandes troveros
de artistas y de cantantes;
de beisbolistas, rockeros
que en el mundo son triunfantes.

En sus parques aún se escucha
el grito de los nativos
que murieron en la lucha
con honor y siempre altivos.

Aquí el gran conquistador
que se llamó Hernán Cortés
fue tan solo un perdedor
con mujeres de altivez.

Calafias o amazonas
por su belleza y coraje
combatían bravas, chulonas
o con muy poco ropaje.

Tijuana esquina del norte
de la América Latina
donde un príncipe consorte
puede hallar mujer divina.

PUERTO ENSENADA- MÉXICO


Por Coronel Héctor José Corredor Cuervo.


Hermoso rincón bañado por fulgores

del astro rey que atiborra la comarca,

donde suelen pasear grandes amores

que escapan de la rutina en una barca.


Flor majestuosa que sale en el desierto

entre lampos de paz como un gran milagro

colmando de alegría en bello puerto

al caminante que sufre cual onagro.


En sus aguas se zambullen las ballenas

que vienen por amor desde muy lejos

a calmar los sufrimientos y las penas

por invierno que complica los cortejos.


En playas juguetean lobos marinos

que otorgan bienvenida al visitante,

los que huyeron por el miedo de asesinos

que destierran la confianza en un instante.



En grandes valles germinan ilusiones

para saciar el hambre, a los sentidos,

que sufren por la culpa de pasiones

de la gente que arrasó frágiles nidos.



En los cerros, habitados por los dioses

se ven pasear como hadas las estrellas

e invitan renunciar a los adioses

para continuar soñando en cosas bellas.

viernes, 2 de abril de 2010

GUAJIROS



Por Héctor José Corredor Cuervo

Cerca del mar en una soledad eterna
bajo el domo azul de singular pureza
habitan los Guajiros con alma enferma
en medio del abandono y la tristeza.

Son indios puros de raza y colombianos
que defienden a su tierra con valor,
que impiden la deshonra de los hermanos
y que prefieren la muerte con honor.

Son guerreros como Prudencio Padilla
que liberó a la patria de odio y terror
aniquilando en Maracaibo la flotilla
del sanguinario, del tirano y opresor.

Son orgullosos de la sangre de su raza
que cual torrentes les llega al corazón
la que los impulsa a defender con casta
sus rancherías, su pueblo y su región.

Son compañeros y siempre inseparables
el burro, la cabra, el arma y el chinchorro
los que llevan por las trochas naturales
para buscar agua como el gran tesoro.

Son las arenas que se las lleva el viento
el testigo del dolor, de la agonía,
del sufrimiento y del continuo lamento
que la hambruna deja allá en su ranchería.

Son los Guajiros serenos y valientes
los que sufren el dolor de su tragedia
ante miradas de muchos dirigentes
que no ven su situación ni su miseria.

Duermen las siestas en un colgante lecho
en ramadas de muy poca protección
mientras su fiel compañera está al acecho
del enemigo que ataca con pasión.

Jamás temen a las balas asesinas
de los cobardes que emboscan el camino
ni al accionar de las tenebrosas minas
que son sembradas para cambiar destino.

¡Oh!, indio de mi tierra y latinoamericano
que vive cual basura en completa orfandad
quiera Dios que se sensibilice el ser humano
para que las tribus no vivan más de caridad.

¡Vamos Guajiros!. ¡Que orgullo que vivan en mi patria!

19 de marzo de 1984. Celebración de bicentenario del nacimiento del Almirante José Prudencio Padilla.