domingo, 2 de agosto de 2009

A LA CIUDAD DE WASHIGTON


INVIERNO EN VIRGINIA

Por Héctor José Corredor Cuervo

Ya se apagó el fuego de las arenas
que quemaba dolores y sufrimientos
y las playas están hoy abandonadas
con la tristeza y la soledad por dentro.

Ya se cayeron las hojas de colores
de muchos árboles que maduró el tiempo
y volaron alegres los ruiseñores
a buscar en otros lares el sustento.

Ya la nieve se posó sobre las cumbres
y los destellos del sol ya no calientan;
ya cambiaron los humanos las costumbres
y en los prados las ardillas se alimentan.

Ya no murmullan las aguas caudalosas
ni se observan las espumas en riberas
quedan tan solo las aves amorosas
que se mueren de pasión entre quimeras.

Ya las corrientes están petrificadas
y las lanchas detenidas bajo el cielo
esperando las mañanas soleadas
que derritan con su calor el hielo.

Ya volaron ilusiones y desvelos
de salir a visitar los monumentos
y tan solo reverdecen los anhelos
de que vuelva a brillar el firmamento.

Mas en hogares ya brota la alegría
y se engalanan con luces y festones
para esperar con deleite y fantasía
la llegada del Niño con los pastores.


24 diciembre de 2002. Visita a Washington.

A MIAMI


CIUDAD DEL SOL

Por Héctor José Corredor Cuervo

Ciudad del sol por Dios engalanada
donde florecen sueños de latinos
que llegan con la bruma y marejada
a buscar el sosiego en los caminos.

En tus playas se mueven cual palmeras
lindas hembras con tersa piel canela
que parecen surgir de las arenas
con tintes en color de una sirena.

Por tus calles y grandes avenidas
se ve cruzar el tiempo en un instante
sin sentir aflicción por las heridas
que tiene el corazón del visitante.

En tus noches con luz de plenilunio,
en un mar de alegrías e ilusiones,
se ahoga la tristeza, el infortunio
con ritmo tropical de las canciones.

Oh, bella ciudad de hermosos jardines,
de grandes parques con domada fiera,
donde nadan felices los delfines
yo quisiera tu paz en esta tierra.