Por Héctor José Corredor Cuervo
Día de luz, de paz y de alegría,
con sabor a los más gratos manjares,
que nos hace recordar la estadía
en regazo con mimos maternales.
Ya se siente el tañido de campana,
el sonido de pitos y sirenas,
la música de tierra americana,
que hace olvidar el dolor y las penas.
En la mañana al despuntar el sol
y al entrar sus rayos por las ventanas
todo el mundo recordará el crisol
que da su luz a las vidas humanas.
El día se llena de regocijo,
con anhelos, recuerdos y añoranzas
porque la madre escuchará al buen hijo
que ella balanceó con gran confianza.
¡Feliz día mamá de mis amores!,
que me diste la vida y la razón,
celebremos el día con tambores
e imploremos a Dios una oración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario